Perù: il fantasma del terrore
Cuando en 1993, Alberto Fujimori convocó a referéndum para la aprobación de la Constitución, primaba un solo mensaje: "Con esta Constitución habrá pena de muerte para los terroristas". Doce años después ningún terrorista ha sido ejecutado, porque el artículo 140 de la Carta Magna establece que la aplicación de la pena de muerte para casos de terrorismo se sujetará a los tratados de los que el Perú es parte, esto es, de la Convención Americana que prohíbe la ampliación de la pena capital. Desde su creación, se sabía que la norma no tenía aplicación inmediata. ¿Cual era el sentido, entonces, de incluir una norma de este tipo en la nueva Constitución? Entre otros, lograr la aprobación del texto constitucional y legitimar el régimen fujimorista, utilizando para ello el terror implantado por Sendero Luminoso y el MRTA.
En 1995, ante las investigaciones judiciales contra el grupo Colina por los casos de Barrios Altos y La Cantuta, el gobierno de Fujimori decidió aprobar dos leyes de amnistía que garantizaran que los violadores de derechos humanos pudieran seguir actuando con toda tranquilidad, ya que no sólo no se les condenaría por estos hechos sino que además los jueces resultaban impedidos de ejercer el control constitucional para no aplicar estas normas abiertamente violatorias de la Constitución. Se argumentaba que si las Fuerzas Armadas habían cometido excesos, éstos se enmarcaban en la lucha contra el terrorismo.
Hoy, en el contexto de nuevos ataques senderistas, se alzan voces para pedir que se amnistíen a los militares acusados de violaciones de derechos humanos cometidas durante el conflicto armado, considerando el rebrote terrorista. Nuevamente, el terrorismo sirve de contexto para transgredir la Constitución y violar el Estado de Derecho, así como para promover el triunfo de discursos autoritarios en las próximas elecciones peruanas.
Se dice que se van revisar los tratados de derechos humanos para hacer viable esta medida. Sin embargo, cualquier estudiante de Derecho sabe que la Corte Interamericana ha establecido claramente que la amnistía no se aplica para casos de violaciones de derechos humanos. ¿Es tan grande la ignorancia de quienes proponen esta medida o simplemente se quiere seguir manipulando a la población a cualquier precio?
La amnistía propuesta no va a terminar con el terrorismo, si es eso lo que se pretende. Y mal favor les hará a aquellos valientes militares que defendieron a la población respetando las leyes y los derechos humanos, quienes no serán separados de los malos elementos. Y finalmente, la democracia -en la que el 80% de los peruanos no cree- no se va a fortalecer con una medida que sólo contribuirá a consagrar la impunidad y a evitar que el país inicie una verdadera reconciliación con verdad y con justicia.
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